lunes, 24 de febrero de 2020

Caminos perdidos

Acabo de caer que hacia 2 años que no escribo nada ni paso por aquí. Joder, pues que triste, me he dicho, o no tan triste. Eso es que estoy bien. Esta claro que hoy no tanto. Me he perdido. Me he perdido y no se poner ni gps, ni hablar ningún idioma para que me entiendan, ni pedir ayuda, nada. Encima se me ha juntado con mi ceguera y ya apaga y vámonos.

Me empeño en seguir los carteles que sigue todo el mundo, a ver si así aparezco en algún lado bonito o conocido. Pero nada, todo mal. Sigo sin saber donde coño estoy.
Después de caminar toda la noche me he dado cuenta de que los caminos que siguen todo el mundo a mi no me funcionan, y no entiendo muy bien por que.
Estoy como una hormiguilla entre tanto campo, dando vueltas y pasando desapercibida. Lo bueno es que estoy conociendo mundo, pero a que precio.

He encontrado un cartel luminoso pero bastante viejo con flechas que crean un circulo como la pescadilla que se muere la cola, como un torbellino. Pues no ha sido nada gracioso aunque si que muy de parque de atracciones. Me ha dado un vuelco como cuando me monté en la lanzadera por primera vez. Lo pase horriblemente mal, y todo el mundo disfrutaba.

En fin, que no lo entiendo. Que era un camino muy viejo sin asfaltar, y encima había muchos recuerdos purulando por ahí pero impregnados de una forma que yo ni si quiera recordaba así a día de hoy, por lo que tampoco me ha ayudado a encontrarme.La verdad que he visto algún camino más por ahí, pero sinceramente ya le he cogido miedo. Si es que en verdad soy un poco miedica, y tampoco soy capaz de pedir a nadie que me acompañe. Así que he decidido escalar algún árbol para ver si desde allí veo algún camino claro.
Ya os contaré               
                                               

martes, 22 de mayo de 2018

Deberíamos RELEER


El otro día me preguntó un amiga que por qué había releído un libro que no me había gustado, que me había hecho mal, que me había estremecido tanto, y había sido tan malo. Que si me había merecido la pena. Es una pregunta un tanto difícil, se podría discutir sobre eso.

Al releer aquel libro me di cuenta que no era tan malo, que había capítulos que no conocía, que conectaban conmigo, que me gustaban, que en el fondo trasmitía algo, que me enganchaba. He recuperado el tiempo perdido, o no tan perdido. He releído este libro y me voy con una sensacíón menos amarga de la que me llevé la primera vez. He recuperado y entendido las partes que nunca llegué a comprender, que nunca me gustaron, he encontrado el sentido a la historia, he perdonado, y hasta me ha gustado.

Esta claro que no estoy hablando de cualquier libro, sino de parte de mi historia. Y con ello, hago una reflexión y grito al mundo y a mi misma una vez más, que dejemos de ser cobardes. Nos obligamos a ser fuertes, a retarnos por ver quien tiene el caparazón más grande, más duro, a no creer en el amor, en la libertad, en nosotros mismos, a no creer en nada. Y a mi me encantaba cuando eramos inocentes, cuando nos tirábamos a la piscina sin mirar primero cuanto cubría, ni donde estaba el fondo. Nos estamos perdiendo vivir.

A si que SÍ querida amiga, a pesar de todo, a merecido la pena volver a releer ese libro, a revivir mi historia, aprender de ella, recuperar lo perdido, a entender, a querer. Os reto a vivir, a no perder la inocencia, aunque sea un poquito, a reírnos de nosotros mismos, a equivocarnos, y volver a caer una vez más.


                                                               Modelo: Paula Martinez
                                       

martes, 5 de septiembre de 2017

El faro

No olvidaré aquella noche.
Llegábamos ya a puerto, aunque nosotros no lo sabíamos.
Una de las costas más bonitas para una naufragio,
y allí, en lo alto de aquel precipicio,
el faro más hermoso que jamás llegué a conocer.
No sé si me explico, de esos faros que tiene magia y te atrapan,
que enmudecen, que tientan, que brillan.

Pero esa noche no brillo nada, nada. Caímos todos chocando con aquellas enormes rocas.
Nos hundimos. Me hundí en aquel faro desconocido que tantas ganas tenía de descubrir,
abrazar, amar, y que no logro olvidar, aunque creerme que me gustaría.
Sigo preguntándome cada día que falló en ti para no alumbrarme.
El por qué tuve que chocar contigo y tú jamás viniste a buscarme.
Y por qué sigues aquí si ya nos hemos hundido.


lunes, 28 de agosto de 2017

Cobardes

No sé, pero creo que somos unos cobardes. Si joder, de los que sellan la boca mientras agachan la cabeza. De los que son capaces de leer partituras del revés pero no saben interpretar ni sentir la música. De los que lloran almohadas porque no confian en hombro ajeno. De los que andan sin bastones pero llevan la vida a cuestas.

El mundo esta lleno de cobardes. Cobardes que esconden la sonrisa detrás de la pantalla, y de los que creen borrar la tristeza con monigotes amarillos también. Cobardes que roban papel y boli de madrugada para escribir lo que sus pocas agallas, le dejan decir. Cobardes que dicen no creer en el amor, cuando en realidad en lo que no creen, es en ellos mismos.

No os culpo, quizás yo lo sea también. Y no os imagináis la vida que nos estamos perdiendo por dejar de vivir. Los sentimientos que estamos abandonando por bloquearlos antes de que puedan surgir. Seguimos el lema de "no iré, por si me gusta" sacado a huevo en un cartel publicitario, que a mi tanto me gusta, y que nos reta a dejar de ser cobardes.

Yo os reto, a mi manera, a dejar de serlo por un rato. A decir sí aunque tengamos miedo, y coger la mano que nos pueda calmar o no.  A retar al amor, a dejarnos sentir y equivocarnos. Que nos cortamos las alas antes de aprender a volar, por si nos caemos, o por si nos termina enloqueciendo el vuelo.

Nos sobreprotegemos y no nos dejamos sentir, ni aprender a levantarnos, ni a curarnos las heridas. Nos estamos quitando vida, amor, aventura. Deberíamos pensar menos, y sentir más.
¿Nos atrevemos?

                   Modelo: Andrea Janda

viernes, 16 de junio de 2017

Razones para odiarte.

Me he levantado con ganas de amarme. Sí, de amarme a mí, hoy mas que nunca. Me he levantado con ganas de querer mis errores, y besar las cicatrices, (que últimamente tengo algunas muy bonitas).
Y como no, hoy tengo ganas de odiarte. Odiarte para no quererte y odiarte para olvidarte.

Estoy buscando todas las razones, sean 13 o no, quiero encontrarlas todas. Sería muy fácil que me las hubieras dejado también grabadas en cintas, una por una. Pero no, nunca has sido de esa clase de personas que se descifran. De hecho, nunca he sabido de que clase de persona eres, y me esta llevando toda la vida averiguarlo.

He encontrado algunas razones, pero no me convencen.Ojala pudieras leerlas para decirme que me quedo corta, que rebusque, que hay muchas más, pero que no me van a gustar. Ojala seas tú el que me diga que puedo abrir el baúl donde las tienes todas escondidas. Pero no, sigues siendo tú el baúl sin llave.

He encontrado razones para seguir odiándote cada día, y creo que me gustan. No creo que sea bueno, pero me gustan. Al final no sé si estoy buscando razones para odiarte, o para quererte un poco más. Ojala un día sea yo la que grabe esas cintas con todas tus razones, y quizás así consigas demostrarme que no llevo razón.

                                                 Modelo: David Higuero