lunes, 28 de agosto de 2017

Cobardes

No sé, pero creo que somos unos cobardes. Si joder, de los que sellan la boca mientras agachan la cabeza. De los que son capaces de leer partituras del revés pero no saben interpretar ni sentir la música. De los que lloran almohadas porque no confian en hombro ajeno. De los que andan sin bastones pero llevan la vida a cuestas.

El mundo esta lleno de cobardes. Cobardes que esconden la sonrisa detrás de la pantalla, y de los que creen borrar la tristeza con monigotes amarillos también. Cobardes que roban papel y boli de madrugada para escribir lo que sus pocas agallas, le dejan decir. Cobardes que dicen no creer en el amor, cuando en realidad en lo que no creen, es en ellos mismos.

No os culpo, quizás yo lo sea también. Y no os imagináis la vida que nos estamos perdiendo por dejar de vivir. Los sentimientos que estamos abandonando por bloquearlos antes de que puedan surgir. Seguimos el lema de "no iré, por si me gusta" sacado a huevo en un cartel publicitario, que a mi tanto me gusta, y que nos reta a dejar de ser cobardes.

Yo os reto, a mi manera, a dejar de serlo por un rato. A decir sí aunque tengamos miedo, y coger la mano que nos pueda calmar o no.  A retar al amor, a dejarnos sentir y equivocarnos. Que nos cortamos las alas antes de aprender a volar, por si nos caemos, o por si nos termina enloqueciendo el vuelo.

Nos sobreprotegemos y no nos dejamos sentir, ni aprender a levantarnos, ni a curarnos las heridas. Nos estamos quitando vida, amor, aventura. Deberíamos pensar menos, y sentir más.
¿Nos atrevemos?

                   Modelo: Andrea Janda