Anoche tuve un accidente, de esos que te dejan boca arriba y la cabeza se desmorona por completo. De los que NO suenan ambulancias, ni tu madre te besa la frente a modo de termómetro. De los que suenan canciones oscuras, y palabras duras de escuchar. De esos accidentes que se escapan de tu órbita y no puedes remediar, que te atropellan por completo y a pesar de intentar salir, pesan más que tú y te atrapan.
De un momento a otro puede que los caminos se tuerzan. A veces las curvas son difíciles de coger, y no has podido dirigir el camino como pensabas hacerlo. Que te levantas un día y de improvisto te has caído a la cuneta y te preguntas ¿qué he hecho mal? Intentas reconducir la vía, y pegar los trozos rotos con la mayor de tu energía, de tu ser y estar. Quizás no exista nadie capaz de soldarlo, pero sigo creyendo en mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario