Desviamos la razón para escuchar al corazón. Y míranos, aquí
estamos, perdiéndonos en nuestras miserias y nuestras dudas. Agarrándonos a un
clavo ardiente porque nos gustan las locuras. Siempre hemos sido unos locos,
que se suicidan de las montañas más altas y caen en los baches más profundos.
Que te voy a decir a tí, que nos encantan los retos.
Me sumerjo en mí, a ver si me pierdo o a ver si te
encuentro. Pero nada, la copa está llena de finales y el cigarro ya ni
calienta. Y aquí estoy inventándome vicios, cuando mi vicio más grande siempre
has sido tú.
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